El proyecto consistió en sustituir uno de los componentes del hormigón, la arena, por cenizas procedentes de la incineración de lodos de EDAR. Los estudios realizados confirmaron la validez del hormigón resultante que se comporta de manera similar a los hormigones convencionales.
El proyecto fue liderado por la empresa Comsa y contó con la colaboración de Promsa Ciments Molins, S.A., la Agencia Catalana del Agua, la UPC y ZICLA.
El residuo.
El proceso de depuración del agua residual en las depuradoras urbanas consiste en la retirada de las sustancias contaminantes que están presentes para poder devolver al medio ambiente sin afectarlo ni comprometer a los organismos vivos, en general, y en la salud de las personas, en particular. Parte de las sustancias separadas del agua durante el proceso de depuración constituyen un residuo que llamamos lodo de depuración que concentra principalmente la materia orgánica y una parte de los nutrientes que si se hubieran devuelto con el agua al medio habrían provocado un impacto.
Cada año se generan miles de toneladas de lodos de depuradoras urbanas que en el mejor de los casos acaban en la agricultura pero en otros, debido a la presencia de metales pesados, se depositan en vertederos o se incineran. Como con cualquier otro residuo el objetivo principal de la gestión de los lodos es su valorización, es decir, convertirlos en un recurso. El proyecto abrió la puerta a una aplicación alternativa de las cenizas procedentes de la incineración de estos lodos.
El resultado.
El resultado del proyecto fue un hormigón que incorpora las cenizas de la incineración de lodos de depuradoras de aguas residuales en su composición, con todas las garantías de calidad exigibles al producto, tanto técnicas como ambientales.
El reconocimiento.
El proyecto recibió una mención en la categoría de productos en CONZEN en CONSTRUMAT 2011.
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