Recientemente, el Consejo de la Unión Europea ha aprobado una nueva directiva cuyo objetivo es promover y afianzar en el territorio europeo la buena práctica de la reparación de productos rotos o defectuosos. La llamada Directiva R2R (Right to Repair – Derecho a la Reparación) facilitará a las personas consumidoras reparar sus bienes en lugar de sustituirlos por unos nuevos, y, con ello, apoyar la transición hacia nuevos modelos de negocio en la economía circular.
¿Por qué derecho a reparar?
La formulación clásica de las 3R (reducir, reutilizar, reciclar) tuvo una excelente acogida mediática, fue adoptada por instituciones, ciudadanía y organizaciones ecologistas, y quedó arraigada al imaginario colectivo. Su sencillez lógicamente encerraba algunos problemas, sobre todo en el concepto de ‘reutilizar’, dada su ambigüedad, ya que la reutilización de un bien depende del estado en que se encuentra el mismo cuando el propietario quiere deshacerse de él. Reutilizar de modo directo un producto operativo que no necesita cambios no es lo mismo que enfrentarse a la necesidad de remanufacturarlo, reacondicionarlo o repararlo, lo que tradicionalmente se ha llamado preparación para la reutilización. Y esta distinción no es sólo técnica, sino económica, y puede implicar aspectos tales como tecnología, diseño, logística, y hábitos de consumo.
Los productos pueden necesitar reparación por muy diferentes causas. A veces la necesitan por haber sufrido un desgaste natural con el uso y el tiempo, que puede afectar a una parte del bien y no al total del mismo. El ejemplo paradigmático es el de los equipos eléctricos y electrónicos. ya que la abundancia de este tipo de aparatos en la vida actual multiplica los casos en que problemas en una pieza concreta impiden que que el conjunto del aparato, en buen estado, funcione correctamente. En los equipos informáticos o con conectividad no es extraño que el cambio de un software o de una tecnología externa al equipo haga que éste deje de ser útil. Pero, más allá de los aparatos eléctricos y electrónicos -en los que la situación es dramática-, la multitud de bienes de consumo, afectados por la necesidad de ser reparados, remanufacturados o reacondicionados, es importante: mobiliario, textil, calzado, vehículos… Por otro lado, existen algunos casos en los que la preparación para la reutilización forma parte de un proceso industrial firmemente establecido desde hace tiempo como es el recauchutado de neumáticos fuera de uso. Lógicamente, la imposibilidad de actualización o de reparación impide que el propietario siga usando el equipo, reduce la posibilidad de su puesta de nuevo en el mercado como producto secundario, y disminuye las posibilidades globales de reducción de residuos.
La Directiva R2R: hacia el derecho a reparar.
Entre las medidas que adopta la Directiva se encuentran la obligación por parte de la empresa fabricante de reparar un producto por un precio y en un plazo razonables tras el fin de la garantía. Incluye además la obligación de garantizar el acceso a piezas de recambio, a información y a herramientas relacionadas con la reparación para los consumidores, el fomento de incentivos para optar por la reparación, y la creación de una plataforma online para ayudar a encontrar servicios de reparación locales y tiendas con bienes reacondicionados.
La Directiva es consciente de la necesidad de promover y fomentar la reparación entre los consumidores y sigue los contenidos de la reglamentación para empoderar a los consumidores para que puedan jugar un rol decisivo en la transición ecológica mediante una mejor protección contra las prácticas desleales y una mejor información.
La reparación generalizada y en niveles masivos no es posible sin la implicación de las empresas fabricantes. La Directiva R2R, en este sentido, es una continuidad natural del recientemente aprobado Reglamento de Ecodiseño. La fabricación de productos considerando su reparación necesita del Ecodiseño ya que actividades como el desensamblaje o el acceso a piezas o elementos que puedan requerir reparación o sustitución deben considerarse ya en el diseño inicial del producto.
Proyectos de reparación y ZICLA.
ZICLA ha participado en proyectos innovadores de reparación que han ayudado a promover nuevos modelos de negocio en las empresas que los han afrontado, con la motivación principal de reducir costes y mejorar su competitividad. Los sectores de aplicación han sido muy diversos. Un ejemplo de fuerte componente innovador e industrial fue el proyecto ATOMCESS, cuyo objetivo fue la reparación avanzada de componentes de aceros de alta aleación mediante procesos de manufactura aditiva a partir de polvo de acero atomizado. La gestión actual de estos componentes, cuando su producción es defectuosa, consiste en refundirlos, con el impacto energético y pérdida de materiales que supone.
Otro ejemplo de proyecto de reparación innovador fue el proyecto RESTYLING en el marco del cual se implantó un proceso de remanufactura en una empresa de fabricación y comercialización de máquinas de ticketing y cobro. El proyecto se centró en la estandarización de protocolos de trabajo, incluyendo la logística, la gestión de stocks y la relación comercial, para un equipamiento, como es una máquina de ticketing, sometido a continuos avances tecnológicos, y cuya gestión tradicional ha consistido en el achatarramiento y reciclaje de las máquinas ya instaladas.
Para saber más.
Consulta aquí las indicaciones y textos de las Directivas mencionadas en esta entrada: el Derecho a reparar, el Reglamento de Ecodiseño y la Directiva de Empoderamiento de Consumidores. Compartimos también esta Guía Práctica de tecnologías para el proceso de remanufactura.
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